sábado, 22 de junio de 2013

El 15-M de Brasil: cómo cagarla al igual que el 15-M español en 6 cómodos pasos

Para el que haya estado viviendo debajo de una piedra, en los últimos días Brasil está viviendo su particular 15-M. La ciudadanía brasileña, harta del despilfarro y corrupción de una clase política encantada de conocerse a sí misma en un país con graves problemas sociales como es Brasil, ha salido para tomar las calles en protestas masivas "sin banderas", sin líderes, sin violencia, y con un sano desprecio hacia todos y cada uno de los partidos políticos tradicionales ¿les suena de algo?

Va a ser divertido, pero no va a ser un carnaval



Como se puede ver, lo de Brasil tiene buenos mimbres. Sin embargo, como liberal capitalista convencido que soy y, por lo tanto, como defensor del mal y los villanos de Disney, estoy en mi deber de darles consejos a los brasileños para mandar este movimiento a la mierda a toda velocidad tal y como hicimos los españoles. Aquí van un par de consignas para que sigan chapoteando en el fango por muchos más años y puedan destruír su incipiente movimiento ciudadano, así que tomen nota de lo que ha sido mi experiencia con el 15M español. Brasileños, si quieren fracasar, hagan lo siguiente:

1 - No definan metas concretas, sean lo más utópicos  e ideológicos posible. Hasta la derrota, siempre, que decía el idolatrado Che. A más alto pongan el listón, más difícil será alcanzarlo y a menos defináis vuestras metas en propuestas concretas, menos posibilidades de victoria. De ahí que la utopía sea imprescindible para que una causa se derrote a sí misma, de igual manera que la obsesión con la perfección es la mejor manera para destruírse a uno mismo como sabrán miles de anoréxicas. Recomiendo especialmente "acabar con el capitalismo mundial" y "erradicar la injusticia", en cuanto a objetivos absolutamente inanes aunque loables. Nada de "acabar con las dietas de diputados" o "una ley hipotecaria como la francesa". Eso son objetivos burgueses y lo que es peor: alcanzables. Y aquí de lo que se trata es de ser mártires y perder por una gran causa, así que ya saben.

2 - No se apeen de su burra: aquí han venido a hablar de su libro. Dejen que esto se convierta en una plataforma para todo aquel que desee demostrar al mundo su ego y lo increíbles que son sus ideas para arreglar el mundo en dos patadas en vez de buscar soluciones concretas a problemas concretos que afecten a la mayoría de la población. El "sentido común" no es sexy, las cienmil ideas para arreglar el mundo en dos patadas, sí. Dejen que el movimiento trate sobre todas y cada una de las reclamaciones de toda la sociedad habidas y por haber para que así se diluya lo más posible y sea lo más estrambótico posible. De ese modo lo dejas a huevo para que políticos y medios vean en tu manifestación lo que les dé la gana, seleccionando aquellas reclamaciones que más le convengan al stablishment para convertir las protestas en una mancha de Roscharch en la que cada político pueda ver aquello que desee. ¿Los indignados? Reclaman que los animales tengan derechos humanos y que se cancelen todas las deudas. Obviamente.

La revolución necesita más de gente que sepa sumar que ideólogos


3 - No acepten líderes. De esa manera, no podrán coordinar el movimiento, tener una estrategia, o una sola voz o interlocutor válido. Esperen a que todo funcione por ciencia infusa (bueno, "colectiva") y sobre todo, sin tener deberes ni responsabilidades definidos ¿Ven a Italia y Beppe Grillo? ¿Ven cómo le están poniendo a caer un burro día sí día también por ser una amenaza REAL al poder político italiano? Ustedes no quieren eso: quieren aparecer en el telediario y molar mazo durante un par de segundos. Si deciden liderar algo, dejarán de molar para así comenzar a lograr resultados, lo que cabreará a mucha gente (banqueros y políticos en su mayoría, aunque también hooligans de los mismos) y como ya hemos hablado antes, de lo que se trata es de mandar a la mierda a este movimiento y caer bien a todo el mundo.

4 - Confundan la fuerza con la violencia para así no ejercer ninguna de ellas. El rechazar la violencia es, en efecto, una buena estrategia, puesto que para la gran mayoría de la población la violencia es algo reprensible que te restará apoyos. Pero el truco para fracasar está en confundir fuerza con violencia, negándote a emplear ninguna de ellas: no hagáis nada que moleste de verdad a al stablishment o sea ilegal. Nada de boicots comerciales, cierre de carreteras, sacar a relucir información clasificada ni nada de nada, creeros cuando os digan que todo eso es "violento" y el equivalente de pegar ancianitas y saquear comercios, cuando lo único que estaréis haciendo es forzar (nótese como esa palabra viene de "fuerza") vuestras condiciones. A poco que uno estudie la resistencia que ejercieron revolucionarios que verdaderamente triunfaron en sus objetivos como Luther King o Ghandi, enseguida te das cuenta de que su resistencia pudo ser pacífica, pero para nada fue pasiva o estrictamente legal. Así que ya saben: hagan gestos fútiles o quemen contenedores, pero nada de emplear la fuerza con inteligencia. Eso sería algo peor que ser violento: sería efectivo.


Todavía me acuerdo de cuando Anonymous eran tres pajeros en 4chan

5 - Eviten hablar del elefante en la habitación. No se pongan de acuerdo sobre cuál es el problema del país ni se atrevan a levantar tabúes sobre el mismo. Algo fundamental para que el movimiento acabe teniendo la misma sustancia que un pedo de filósofo. Es verdaderamente interesante como todos los movimientos de los indignados en todos los países pusieron el dedo en la llaga sobre el despilfarro de los gobiernos pero como ninguno se atrevió a precisar en qué estaban despilfarrando los mismos. Los indignados israelíes no tuvieron bemoles a decir que ocupar territorios y subvencionar colonos luego no dejaba dinero para que el israelí medio tuviera servicios sociales (no se vayan a enfadar los ortodoxos), los indignados de Occupy Wall Street tampoco tuvieron cojones a decir que es imposible tener un estado mínimamente social con un sistema impositivo como el que tienen los EEUU (subir impuestos ahí es anatema), y los indignados españoles, bueno, para qué contarles: la administración territorial, ni tocarla. Egos y derechos históricos prevalecen sobre la malnutrición infantil. Por lo menos los brasileños habéis tenido los cojones a señalar con el dedo a los gastos del mundial y las olimpiadas, válgame Dios.

6 - Divídanse y peleen entre sí por cuestiones identitarias. Especialmente recomendado el lema "La revolución será ______  o no será" que se pudo avistar en algunas pancartas del 15-M tardío. No acepten compromisos de mínimos. Enróquense en posturas maximalistas. Entren a trapo con cualquier intento de polarizar a la sociedad por parte de sus dirigentes, aquí en España funcionó genial el tema religioso de la JMJ vs Indignados, no me extrañaría nada que vuestros políticos intentaran replicar algo semejante. Y recuerden: La división hace la fuerza. La fuerza del que te gobierna, claro.

Sigan estos consejos, y no lo duden: su movimiento fracasará de igual manera que lo hizo el 15-M español, por muy buena gente que haya en el mismo, por mucha gente que lo apoye o por muy buenas intenciones que estos tuvieran. Avisados quedan.

2 comentarios:

Anonymous Hood dijo...

El 15m, como las reivindicaciones en el mundo árabe, no tenían intención de consolidarse, sino de dar un toque de atención a las clases políticas que hacían oídos sordos a la situación de la gente y una válvula de escape para el ciudadano.
¿No violencia? El problema es que no se incentiva el "no pasotismo", porque muchos se refugian en el escepticismo como si de curtidos veteranos de la barricada fueran, para no apoyar ningún movimiento/iniciativa que suene demasiado "radical" ("si te pega la poli es porque protestas" es una de las muchas perlas que se pueden recoger de gente así).
El 15-M se puede decir que agoniza por ser demasiado políticamentre correcto, por tratar de no ofender a nadie protestando, cuando eso es imposible ya que si protestas el primer molestado eres tú.
Personalmente no creo que haya servido para nada, ya que ha abierto muchas ideas a gente que estaba estancada en la bicefalia eterna y que habían optado en esconderse en casa esperando a que mejore la situación a salir a recoger firmas contra todo el mangoneo que al que nos están sometiendo.
Un saludo.

Ikael dijo...

Lo primero: gracias por tu comentario Anonymous Hood! Se agradece que haya perspectivas diferentes por este blog :)

Lo segundo, yo también creo que el 15-M ha tenido repercusiones muy positivas. No sólo las que tú mencionas (que también), si no sobre todo, que la gente vió que podía salir a la calle sin que se lo dijera un partido político / sindicato / ong / obispo / lo que fuera. El problema es que tenía potencial para ser mucho, mucho más, y acabó siendo desperdiciado.

Estoy de acuerdo en que lo de la corrección política que mencionas fue un factor decisivo (ver punto 5 del artículo) pero lo hicimos justo al revés: creamos división entre los manifestantes de a pie, sin atrevernos a levantar ningún nuevo debate político en España. Crispación sin renovación, vaya. Y o las dos españas nos subimos al mismo barco, o nos seguiremos hundiendo en la mierda.

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