viernes, 6 de marzo de 2015

Elige tu propio Varoufakis: Una aventura para toda la familia

Un día te levantas, y te sientes... distinto. Extraño. Más calvo, más musculoso y más sexy de lo normal. Al mirarte al espejo, te quedas paralizado por el terror ¡Ese rostro no es el tuyo! Aturdido, no tardas en darte cuenta de que estás en un lugar extraño donde no usan un alfabeto latino. Sales a la calle, y un grupo de colegialas se te lanzan encima para que les firmes unos autógrafos en sus carnes, pero no tienes tiempo para eso: Algo en tu cabeza te dice que has de montarte en tu flamante Harley Davison para darle a un par de villanos bruselienses su merecido. Es tu instinto. Es tu destino. Eres...
Varoufakis, superministro de finanzas griego. Aunque bien podrías serlo de cualquier país del sur de Europa metido hasta las trancas en la Gran Recesión y la zona Euro. ¿Qué curso de acción tomaríais entre autógrafo y moto, oh astutos lectores?

Melofo

Para conocer vuestras opciones, estos son los tres nobles objetivos que vuestros votantes os demandan y que vuestro gobierno puede perseguir, a saber:

- Mantener un alto nivel de gasto para mantener políticas keynesianas y el gasto social

- Romper las cadenas de la Troika y las finanzas internacionales para recupera tu soberanía nacional


- Tener el euro como moneda para tener una divisa fuerte y estable


La gracia del juego estriba en que hay una limitación: Sólo puedes elegir dos de ellas. Sólo dos, dos, insisto, no se pueden elegir más. Tengan en cuenta una cosa: La política es un juego, y como tal, está lleno de una serie de decisiones interesantes en las que para lograr algo, siempre hay que renunciar a otra cosa, como en la vida misma vaya. Y ojo, que las limitaciones del juego no las he impuesto yo de una manera arbitraria, si no que son creadas por la realidad, aunque eso será explicado al final del artículo.

Así que ya dejo de enrollarme y ¡Elijan su propio Varoufakis!:


Para hacer lo que todos los gobiernos del Sur de Europa llevan haciendo desde el inicio de la crisis, salta a la página 1.

Para hacer lo que me gustaría a mi, salta a la página 2.

Para cumplir lo prometido por Syriza (¿Podemos?) vayan a la página 3.



Página 1. Mantener un alto nivel de gasto y tener el euro como moneda, pero dependiendo de los dictados de la Troika

Esto ha sido lo que llevan haciendo todos los gobiernos del Sur de Europa desde el inicio de la crisis, lo que se podría describir como un "patapúm parriba y patada a seguir". Procastinar, vamos. La idea es simple: Si quieres seguir gastando más dinero del que ingresas (operar a déficit, vaya) necesitarás de alguien que te preste el dinero. Y como no acuñamos nuestra propia moneda (recordad que esta opción tiene como bueno el seguir conservando el euro como moneda), ese "alguien" son los mercados internacionales y organismos europeos, o "La Troika" si lo quieren. Por que es obvio que nadie va a prestarte dinero salvo que luego se lo vayas a devolver, así que si quieres seguir aplicando políticas keynesianas y operando a déficit, tienes que abandonar una de las tres demandas: Nada de independencia frente a la Troika, todos a obedecer sus dictados y a cumplir objetivos de déficit o nos cierran el grifo del crédito. Dos de tres objetivos ¿No esta mal?

Bueno, eso es relativo. Es decir, esta no tendría por qué ser una opción mala (aunque en la práctica lo sea). Porque como ya he dicho antes, a la Troika sólo le importa que le devuelvas el dinero, es decir, que cuadres el presupuesto.  Todo lo demás, ese "cómo" haces para devolverle el dinero y cuadrar el presupuesto, es algo que le da igual porque nadie quiere abrir el melón de una Unión Europea entrando en detalle sobre lo que sus miembros deben hacer a nivel de política nacional. Y aunque yo creo que ese "laissez faire" es extremadamente dañino para el proyecto europeo, esa ha sido la opción que ha preferido Bruselas.

Sin embargo, la narrativa oficial instaurada sobre cómo el gobierno griego y español se han entregado a "la austeridad" causaría risa de no ser por lo trágico de sus consecuencias y lo falso de la misma. En efecto, tanto el gobierno griego como el español se han dedicado a recortar el estado del bienestar para (según ellos) equilibrar presupuestos y recortar gastos, es cierto. Y eso ha creado un sufrimiento indecible a la ciudadanía, eso también es cierto. Pero todo ese esfuerzo y dolor no ha servido para absolutamente nada, ya que mientras la ciudadanía y las clases medias cargaban con o más duro de los ajustes, nuestro maravilloso "papá estado" (y el de los griegos) ha mantenido y aumentado una serie de gastos superfluos, aumentando nuestra deuda a pesar de los recortes: menos estado del bienestar y más impuestos extractivos, pero mi chiringuito que no me lo toque ni Dios. Ni Merkel, claro. Los aeropuertos megalómanos inútiles siguen construyéndose, las autopistas se rescatan, las autonomías siguen gastando como les sale del cimbrel (que ya se sabe que cualquier control sobre las mismas es neofranquismo), y a día de hoy tienen más funcionarios que al inicio de la crisis, mientras que los ayuntamientos (encabezados por el de mi ciudad, Madrid) siguen tirando dinero por el retrete porque colega, qué hay de mi chiringo. El ajuste y la "austeridad" es sólo para los funcionarios, los autónomos, las PYMES y las clases medias. El resto, a seguir derrochando como hasta ahora y que no decaiga la fiesta, que Bruselas sigue soltando pasta gracias a los contribuyentes españoles. Bravo.

Aunque bueno, puede que un nuevo gobierno elija alguna de las dos otras opciones. Y entonces sí que cambiaría la cosa, pero de verdad...

Entendiendo por "Júpiter" el Banco Central Europeo
Página 2. Mantener el euro como moneda y romper las cadenas de la troika, a costa de mantener una disciplina fiscal digna de Hayek (déficit cero)

Vamos, lo que vendría siendo una austeridad pero de verdad. Porque verán, como liberal que me considero a mi tampoco me gusta la deuda, que no sé si será "ilegítima" como clama Syriza y Podemos, pero sí que sé que a partir de cierto punto, la deuda acaba por destruir el potencial económico de cualquier país, y que quien te presta dinero, luego pide contrapartidas. ¿Imposible de conseguir? No digo que sea fácil, pero oigan, seamos honestos con nosotros mismos, tampoco es que pedir acabar con el déficit sea una labor tan y tan titánica como nos la venden: hablamos de un 8% de nuestros gastos ¿En serio si a ustedes les dicen que  tienen que recortar un 8% de sus ingresos van a quedarse muertos de hambre y en la calle? Pues bien, lo que nuestros gobiernos han hecho hasta ahora viene a ser el equivalente estatal de ahorrar en comida y papel higiénico (vamos, en artículos de primera necesidad) para poder seguir yéndose de putas y derrochando dinero por otro lado. Y eso es de todo menos austeridad Más bien,o es una irresponsabilidad tremenda. Y yo creo que ha llegado la hora de acometer una austeridad real. De empezar a fiscalizar el dinero que gasta el estado a todos sus niveles (administración municipal, regional y central) y de dejar de disparar con pólvora del Rey, que al fin y al cabo somos nosotros los que pagamos este chiringuito.

Porque si somos coherentes, lo que no es de recibo es defender al mismo tiempo endeudarse (¡No a los límites de déficit que nos impone la Troika a través de reformas constitucionales express!) porque al parecer endeudarse es un derecho humano básico o algo así, y luego al mismo tiempo, reclamar el impago de la deuda. O quedamos en que la deuda es veneno (porque al fin y al cabo, es así como generas dependencia hacia quien te presta dicho dinero, que en este caso es la malvada Troika) y que por lo tanto hay que evitar endeudarse en la medida que nos sea posible (con límite de déficit en la constitución o sin él); o bien la deuda es buena porque Keynes y entonces hay que hacer lo que sea necesario para conseguirla. Lo que no se puede es estar en misa y replicando, denunciando que la comida del restaurante es una mierda pero exigiendo que por favor, que te sirvan dos platos de esa mierda, que quieres repetir. En esta opción de Elije tu Propio Varoufakis partimos de la  base "queremos librarnos de la Troika sin salir del euro" y si esto es así de verdad, habrá que empezar por librarnos de su medio de control que es la deuda. Y evitar pedir dinero se consigue, simplemente, no gastando más de lo que se ingresa, es decir, evitando operar a déficit. Y que caiga el chiringuito y la red clientelar que tengan que caer por falta de ingresos, que ya va siendo hora.

Varoufukis: El musical
Página 3. Mantener un alto nivel de gasto y romper las cadenas de la Troika. A costa de abandonar el Euro, claro.

Esta es la que yo llamo opción "Podemos en plan realista". Sí, ya lo sé: ni Podemos ni Syriza, a pesar de tener una retórica anti-troika, jamás han dicho que quieran abandonar el euro. Y es lógico que no lo digan: saben que una salida del euro y retorno a la moneda propia causaría un carajal BRUTAL en la economía del país en cuestión, una devaluación salvaje y una fuga de capitales masivos, al menos a corto plazo.  Pero esa sería la versión "honesta" de lo que proponen, porque entre otras cosas, es la única manera que tienen de cumplir sus otras dos promesas: Seguir operando el estado a déficit, expandiendo el gasto para invertir en servicios sociales, y recuperar la soberanía nacional. No digo que sea imposible porque les vayan a echar del euro al desobedecerles, si no porque para poder desobedecer hay que salir del euro primero, no confundan la causa con el efecto. Porque señores, si yo quiero hacer un corte de mangas a quien me presta dinero (los mercados) y a quien lo imprime (el Banco Central Europeo) pero quiero gastar más dinero del que ingreso, tan sólo hay una forma de obrar el milagro: Acuñando tu propia moneda, que viene a ser algo así como prestarte dinero a tí mismo (o hacerte trampas en el solitario). Sí, en efecto, sería una moneda inestable y débil, pero una moneda propia al fin y al cabo, que puedes imprimir a voluntad para aliviar el proceso de deflacción interna que hasta ahora ha recaído sobre los salarios de los trabajadores del sur de Europa.

¿Es una opción arriesgada y que induce al infarto? Por supuesto. Ahora bien ¿Es una opción legítima? Por mucho que personalmente no coincida con ella, es absolutamente legítima. Y desde luego, mil veces más realista que lo que está proponiendo los partidos opuestos a la troika, que es el chocojamón. Porque como ya dije al principio del artículo, no hay posibilidad alguna de cumplir esos tres objetivos a la vez. No la hay, y quien dice lo contrario está prometiendo algo imposible de cumplir. No se puede operar a déficit, ignorar a la Troika y seguir en el Euro a la vez. Si Podemos, Syriza o quien sea, quiere de verdad -de verdad- cumplir esos dos legítimos objetivos (recuperar la soberanía nacional y operar con el déficit que se quiera sin restricción alguna) debe de hacer un acto de honestidad y coraje político, y hacer campaña abiertamente en contra de la permanencia en el euro, rompiendo el tabú y abriendo el debate que nadie quiere abrir: Vender la salida del Euro a los votantes, vaya. Y sin embargo, a pesar de todo el ruido y la furia y la pelea de gallos en los salones de Bruselas, al final hoy por hoy, no tenemos a ni un sólo partido que adopte el abandono de la moneda única como parte de su programa, por puro y duro cálculo electoralista.

Y que quieren que les diga: se hace muy aburrido jugar a Elije tu propio Varoufakis cuando ni si quiera el propio Varoufakis quiere jugar esta partida.

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