Hoy voy a hablar de uno de esos raros temas de los que uno siente cierta obligación moral de hablar, por eso de que me toca cerca. Ante todo y sobre todo, un aviso a navegantes: esto no es otro "qué hay de lo mío". Estoy harto de artículos sobre la crisis que se puede resumir en "el estado me quitó tal o cual cosa que me daba antes", y de reivindicaciones rollo "quiero hablar de mi libro". Si voy a hablar de este tema es por un sencillo motivo: es un tema que conozco bien, y los medios generalistas han informado COMO EL CULO de este. Aunque tengo una familia muy relacionada con eso del volar y con gente incluso dentro de la Iberia, todos tuvieron a bien no dar dos duros por el futuro de ella y tienen planes de contingencia en el caso más que probable de que la compañía cierre. Es decir, que Iberia puede echar el cerrojo o no, que afortunadamente eso no me va a afectar ni a mi, ni a ningún familiar mío. Sin embargo, estamos hablando de una serie de despropósitos a cada cual mayor, y demonios, el mundo - necesita- saber de ello. Y yo mismo me siento compelido a narrarlo, así que aquí va.
Arriba, resultado de la "fusión entre iguales" de Iberia y British Airways |