viernes, 19 de abril de 2013

¿Se puede cambiar algo desde la política en España? Una anécdota esclarecedora


De un tiempo a esta parte, la desesperación de los españoles con la política es palpable. Nada menos que el segundo problema del país, y subiendo. A mi modo de ver, no es el segundo, si no el primerísimo problema del país. La nuestra es una crisis política que se ha acabado por hacer económica, no a la inversa como ha sucedido en gran parte del mundo. Nuestros políticos se han convertido en una élite extractiva con todas las de la ley, y nuestro sistema político y aparato estatal consagra la corrupción el despilfarro, que no son bugs, si no features de este putrefacto sistema que permite gastar el dinero del ciudadano y crear administraciones redundantes sin ningún tipo de freno ni control. Ante semejante panorama, muchos españoles se preguntan angustiados qué pueden hacer, o directamente si se puede hacer algo.

Excelente pregunta



Porque reconozcámoslo, este es un sistema diseñado ex profeso para que la labor del político no se vea, hum, "molestada" por esos fastidiosos ciudadanos, relegados a poco menos que ser una piñata a la que sacudir periódicamente para que caigan euros y votos, y de la que mientras tanto te puedes olvidar a lo largo de cuatro años.

Los intereses de los políticos en España son diametralmente opuestos a los de los ciudadanos, en cuanto a que la prosperidad de los primeros (políticos y sus fabulosos chiringuitos publiprivados y colocódromos) pasa por la ruina de los últimos (ciudadanos acribillados a impuestos a cambio de ningún servicio para subvencionar a chanchullolandia). La buscada inacción de un gobierno que con un poder sin precedentes para cambiar el país ha decidido dejarlo como está, no vaya a ser que se le menee mucho la poltrona, ha causado una indignación brutal en el electorado. El político ya no es uno más, si no el enemigo a batir. De las concentraciones a las manifestaciones, de las manifestaciones a los disturbios, de los disturbios al escrache. "Sois nuestro enemigo acérrimo, y acabaremos con todos vosotros" Parecen decir los estas últimas protestas. Pero hay un mensaje subyacente que denota no odio, si no una profunda tristeza: "no podemos cambiar nada con este sistema político. Somos impotentes". ¿Es eso cierto?

La verdad sea dicha, este sistema político, hecho al calor de la transición y temiendo el estallido de una nueva guerra civil, se diseñó con una premisa absoluta: estabilidad a cualquier precio. Para ello, había que institucionalizar, canalizar y amordazar a la sociedad civil de la manera más firme posible, no vaya a ser que cualquier exaltado pudiera colarse en el sistema. Dicho y hecho, adelante con las listas cerradas, nuestra injusta ley electoral, y los sindicatos, onegés y demás organismos estadodependientes. A ello se le unió la horrible reforma que politizó la justicia a cargo del PSOE ("Montesquieu ha muerto") partido que ha configurado mucho más España de lo que ellos mismos quieren reconocer ahora que el país y estado que han diseñado se va a freír puñetas. Tampoco es que el electorado (sí, estoy hablando de todos nosotros) nos importaran una mierda todas esas cosas: sólo nos acordamos de santa bárbara (o la salud de nuestra democracia) cuando truena (en plena crisis). Pero bien está que por fin nos hayamos concienciado del tema. El problema es que ahora que queremos ponernos manos a la obra y reformar el país, no sabemos cómo hacerlo.

Es decir, los votos de poco o nada sirven. La ley electoral está diseñada para que no puedan nacer partidos pequeños o terceros partidos que condicionen la política de los grandes (salvo si eres un pobre y oprimido nacionalista, en cuyo caso tus votos van a valer mucho más que los de un pérfido madrileño , y por si fuera poco, nuestro sistema territorial limita brutalmente el alcance de cualquier medida reformista, condenada a quedarse tan sólo en una región aislada. La opción de fundar tú un partido propio con una agenda de renovación radical a nivel nacional como Beppe Grillo en Italia es impensable aquí en España.

Quizás, se pregunte uno, habrá que entrar a jugar en el juego. Es decir, al fin y al cabo, hay partidos en España como UPyD o Equo que prometen reformar a fondo el país ¿no?  Bueno, por mucho que simpatice con ellos y que apoye el voto a esos partidos como método de protesta mucho más efectiva que la abstención o voto en blanco (pero muchísimo más, oigan), tengo mis serias dudas de cómo se van a comportar una vez lleguen al poder. Que una cosa es luchar contra el sistema, y otra formar parte del mismo, como puede atestiguar el paso de IU por la junta de Andalucía o de ERC por la Generalitat. Es la magia y la perversión del sistema: cuando por fin tienes poder real para poder cambiarlo, es cuando este te empieza a beneficiar por lo que ¿por qué vas a reformarlo entonces? También ahí está jodida la cosa.

La vía judicial también queda descartada. Aunque existan jueces justos que le ponen cojonazos u ovariotes al asunto (y a los que nadie les agradece su labor en este país de ingratos), al final del día las instancias judiciales superiores en España quedan bajo el control de "el pueblo", y cuando quiero decir "el pueblo" me refiero a "el parlamento" y cuando quiero decir "parlamento" me refiero a "cuatro partidos políticos". Maravilloso. La justicia, pues, de poco nos puede servir aquí.

Después está eso de "la presión popular" o "la lucha en la calle", cosa que nuestros políticos pueden ignorar tan ricamente como muy bien demostró el 15-M. Hay quien piensa que apretando las tuercas un poquito más la cosa podría funcionar. Dejen que lo ponga en duda. La violencia es como el fuego: tu puedes controlar como empieza un incendio, pero no como acaba. Y lo mismo pasa con la violencia. Salvo que esta se use de manera extremadamente precisa, controlada e inteligente (cualidades que uno no asocia mucho con las turbas y los manifestantes españoles, la verdad) normalmente el único resultado suele ser más violencia, y muchas veces aún así no se pueden medir sus efectos a largo plazo: poca gente se acuerda que fue el asesinato de políticos lo que acabó por detonar nuestra guerra civil y propició que cierto general al que llamaban por aquel entonces "el salvador de la República" se hiciera con el poder. La violencia se sigue usando porque funciona, pero la violencia se sigue temiendo porque nunca se sabe >cómo< va a funcionar a ciencia cierta.

Así pues ¿qué nos queda? Si les digo la verdad yo no daba dos duros por este sistema, pero una historia personal me ha hecho, por lo menos, replantearme eso de entrar en política. Resulta que cierto familiar mío lleva un buen tiempo militando en el PP, partido al que considero como poco menos que el vértice fecal de la política española. Yo siempre me he preguntado qué demonios estaba haciendo mi familiar en semejante cloaca, siendo un tipo majo y honrado como es (aunque eso sí: tremebundísimamente cabezón y de derechas, claro). "Es que las cosas hay que hacerlas como Dios manda, no a base de manifestaciones, indignados y cosas de esas" me argumentaba como buen pepero de pro. Y yo, obviamente, le replicaba que flipaba pepinillos, claro. Hasta que hace poco pasó algo maravilloso. Milagroso, incluso, y que me ha hecho verle con nuevos ojos a él y a su argumentario tan conservador sobre cómo hay que cambiar las cosas.

Y es que resulta que un día se lió la manta a la cabeza. Me explico. Su pueblo, como otros tantos pueblos de España, ha estado gobernado a ratos por el PP y ratos por el PSOE, pero siempre ha sido saqueado por los corruptos de uno u otro partido, hasta dejar a su Ayuntamiento y sus cuentas en la ruina más absoluta. Cuarentaypico millones de deuda, tasas a tutiplén crujiendo a sus habitantes, asesores y cargos "de confianza" puestos a dedo y mientras tanto niños viviendo en la pobreza ya que para esas cosas no hay dinero, fíjate tú. Hasta ahí, creo que todos nos sentimos identificados. Bien. Pues ahora viene lo bueno: resulta que llegó un momento, después de mucho maniobrar y recabar apoyos, en el que decidieron dar un golpe de mano y tirar abajo ese enmierdé.

Se alió con varios militantes honrados que se habían metido en política para algo más que ganar dinero: para cambiar su país. O al menos, la ciudad en la que vivían, ya que todo esto se hizo a nivel municipal. Resultó que habían muchos más de lo que se creía en un principio, aunque estuvieran marginados por la dirección del partido y fuera de toda lista electoral. Juntos decidieron dar un golpe de mano, y echar abajo al candidato impuesto mediante lista cerrada desde Génova, que, entre otras cosas, había llevado al ayuntamiento a la ruina bajo su mandato como alcalde. La idea no era únicamente poner a otro, si no además, abrir las listas en la rama municipal del PP de esa ciudad para, en esencia, cumplir con la constitución cuando dice aquello de que los partidos políticos deberán de "tener una estructura interna democrática". Lo intentaron y... ¡Les salió bien!

Claro que no fue fácil. La reacción no se hizo esperar, y vino de su propio partido: "traidor", "gordo de mierda", "hijoputa", "se enterarán de esto en Génova", "mariconazo", "os váis a cagar tú y todos los que habéis montado esto" y otras lindezas y amenazas bastante más siniestras propias de la mafia calabresa que me niego a reproducir porque temo seriamente por su seguridad, aunque él me diga que eso es "normal en la política". Pero esa batalla la ha ganado, y esos cabrones se han ido a la mierda. Pero lo importante no es que "los malos" hayan perdido. Cambiar un amo por otro no soluciona nada, como ya sabemos los electores españoles a estas alturas. Lo que importa de verdad es que han empezado a cambiar las cosas. Es decir, el sistema mismo. A mejor.

Las decenas de asesores del alcalde se han ido de patitas a la calle, y el sueldo del nuevo alcalde se ha visto reducido. Con ese dinero, el Ayuntamiento tiene ahora un superávit con el que han empezado a pagar las deudas del ayuntamiento y mejor aún, a la larga lista de proveedores a los que les deben dinero: electricistas, fontaneros u obreros que trabajaron gratis de buena fé para luego irse a la ruina al actuar el gobierno como un moroso sacacuartos cualquiera. Y mejor aún: para que no todo se quede en un simple "quitate tú pa ponerme yo", han cambiado las normas de su partido para abrir las listas en su ciudad, y las del Ayuntamiento para instaurar una ley que debería aplicarse en toda España y de la que fue pionero, curiosamente, el PNV: Impedir que quien ocupe un alto cargo público como Alcalde, ocupe también un cargo político (ejemplo: el presidente del PP no podría ser también el presidente de España). O lo que es lo mismo: asegurarse de que quien gobierna se deba, ante todo y sobre todo, a su ciudad, región o país y no a sus amiguitos del partido que le han colocado en la poltrona.

Me siento tremendamente orgulloso de lo que han logrado, aunque sea algo a pequeña escala y sus ideas no coincidan con las mías, han hecho algo que creía imposible: cambiar el sistema desde dentro. Han demostrado que se puede reformar el sistema si:

- Tienes claro que estás aquí no para a ganar dinero, si no para cambiar el país
- Estás dispuesto a hacer pico y pala durante años, que las intrigas políticas necesitan de preparación y curro, no de golpes de mano efectistas
- Tienes los cojones de enfrentarte no sólamente a "los malos" del partido contrario (que contra esos a todos nos encanta luchar) si no a tus propios compañeros de partido y a toda la caterva de memos y parásitos que rodean al poder independientemente de su ideología

Sí se puede. Pero... todos esos revolucionarios de salón ¿quieren? ¿quieren pasar por todo esto y pagar el precio necesario para lograrlo? ¿Están dispuestos a sacrificar tiempo, dinero, trabajo y salud mental a cambio de un ideal mayor a "qué hay de lo mío, colega", que al fin y al cabo esa suele ser la mayor reclamación en España?  ¿O va a ser más fácil quejase en el bar o salir a repartir pedradas? Oh. OH. Vaya por Dios.

En cuanto a mi, ciertamente, no sé si meterme en política o no, ni si quiera sé en qué partido me metería o si debería fundar uno por mi cuenta y riesgo pero sí tengo clara una cosa: hay que intentarlo. O si no más me valdría emigrar o callar la puta boca, porque al final resulta que sí se puede. Pero cuesta un huevo, faltaría más.

8 comentarios:

Carlota B. dijo...

Buen artículo y bien escrito (aunque la política me interese poco en estos momentos, se agradece leer textos u opiniones, por lo menos, bien fundamentados).

Al lío:
- Estoy muy de acuerdo con eso de que el electorado de este país deja las cosas para cuando están mal; en los tiempos en que se vivía a todo tren, muy pocos se preocuparon por reformar el sistema, informarse sobre las cosas que el día de mañana podían ser piedras contra nuestro propio tejado, etc.
La pasividad que tenemos en general, en tiempos de bonanza, me parece algo que hay que cambiar.

- Somos un país de catetos legales xD No tenemos ni idea de cómo funciona nuestro sistema legal, ni qué hace falta para cambiar una ley ya existente o elaborar una nueva, y ni mucho menos conocemos los vacíos legales que nos podrían ayudar a cambiar esas cosas que tan poco nos gustan. No digo que todos seamos unos catetos, ojo, pero sí que en general, como pueblo, ignoramos muchos aspectos legales importantes del funcionamiento de nuestro país.
Tal vez una mayor implicación en la justicia y una actitud diferente hacia ella nos ayudarían.
Una lástima que los jueces sean el sector peor valorado por los ciudadanos (este dato se dio a conocer recientemente por un estudio del CIS), y otra prueba más de ese catetismo legal generalizado.

- Lo de cambiar el sistema desde dentro está bien, pero no deja de ser una solución parcial y con probabilidades muy reducidas de convertirse en una realidad.
Creo que si en este país la gente no pudiera vivir de la política (¡que fuera un hobbie!) las cosas serían mucho más esperanzadoras; nos aseguraríamos de que casi todas las personas que se metieran a política lo hicieran por verdadera vocación y no para llenarse los bolsillos y luego salir corriendo.

- Políticamente hablando me considero cada día más, una persona que necesita 'ver para creer'. Por eso considero una estupidez eso de '¿cree usted en la política?'. Creo que lo que hace falta son más hechos y dejar la fé para los creyentes, porque cuando hablamos de política estamos hablando del futuro de un país, del dinero de los ciudadanos y de mantener un sistema que nos permita VIVIR, no sobrevivir.

- Me parece bien que haya gente decente en política, sea del partido que sea, ¡está claro que tiene que haberla! como en todos los ámbitos, hay gente buena y gente no tan buena, pero lo malo es este sistema, que permite a los ambiciosos y a los trepas pisotear a esa gente que tanta falta hace.

La solución no es para nada sencilla, pero lo que tengo claro es que tiene que ser el fruto de un esfuerzo para cambiar las cosas tanto a nivel particular como popular, y tanto desde 'dentro del sistema' como desde fuera, nos vayan bien las cosas o no.

Por último, puntualizar que creo que en este país está muy infravalorado el 'cambio particular'
La gente todavía prefiere salir a la calle a montar jaleo en masa (¿alguien SABE cómo viven los vecinos del centro de Madrid este aluvión de manifestaciones y disturbios?) antes que tomar decisiones personales como por ejemplo, dejar de consumir ciertas cosas, dejar de darle audiendia a ciertas cadenas o espacios televisivos, etc.

Me da la impresión de que creemos en el hormiguero pero no en cada hormiga. Puede que nadie sepa que tu tomas una determinada decisión o que amoldas tu estilo de vida para predicar ciertos ideales, pero si todo el mundo lo hiciera, no haría falta montar ningún jaleo y los efectos SE NOTARÍAN.
La fuerza individual de cada uno de nosotros puede hacer mucho más que un grupo de personas, por muy grande que sea, manifestándose cada dos por tres ante el Congreso. La frase 'la unión hace la fuerza', parece que no se entienda más que literalmente, y es una lástima.

Hay decisiones y cambios en la vida de TODOS nosotros, que pueden tener grandes implicaciones, pero lo infravaloramos porque pensamos que con eso no se consigue nada.

Unknown dijo...

Recién publicado en mi muro, ( apenas 2 horas de diferencia ) ZAS!!! en toda la boca, aparece tu blog en mi muro, agradezco y mucho la afinidad común, y en tanto que tu vas un paso mas allá, pues tienes casi casi el firme planteamiento de formar un partido, grupo, como quieras llamarlo, bajo mi punto de vista y al margen de ser una magnifica iniciativa, la cual alabo, y en su día ya te pregunte por ella, puesto que en algún comentario me dejaste entrever esta posibilidad, no me deja de sorprender tanto la iniciativa como la locura, y me explico, la locura puesto que como bien sabemos y tú mismo incitaste en un anterior escrito, la raza española somos un poquito.... como que así.. como que muy nuestros, basta que alguien plantee una iniciativa, como para que antes la tumbemos, ( esos quien serán, seguro son otros con mas de lo mismo, solo quieren forrarse), como andamos diciendo e intentando explicar en muchas ocasiones, creo firmemente que como dice Mercury " Por último, puntualizar que creo que en este país está muy infravalorado el 'cambio particular'
La gente todavía prefiere salir a la calle a montar jaleo en masa (¿alguien SABE cómo viven los vecinos del centro de Madrid este aluvión de manifestaciones y disturbios?) antes que tomar decisiones personales como por ejemplo, dejar de consumir ciertas cosas, dejar de darle audiendia a ciertas cadenas o espacios televisivos, etc."
Mi primera pregunta sería si tienes claro, ya no la ignorancia de la gente, respecto a la política, sino la dejadez de no querer saber...... puesto que bien sabes, la gran mayoría no se involucra, ni en las reuniones de escalera, se limita a contemplar el paisaje, eso si, ejerciendo de verdugos a la primera de cambio, y como tu bien dices desde la barra del bar, personal mente ando hace bastante tiempo algo desanimado, puesto que todo el mundo con quien hablo sabe el cáncer que nos afecta, pero como en las plazas, todo el mundo viendo los toros desde la barrera, personal mente no encuentro a nadie que ejerza como alternativa, nadie tiene coraje de enarbolar un estandarte y" tirar palante " hasta las últimas consecuencias, me hincha y repatea escuchar o leer a Julio Anguita, el cual, en muchas ocasiones estoy de-acuerdo en sus palabras, pero no le veo ninguna iniciativa firme de tirar del carro, al fondo también se vislumbra un tal Garzon, al cual también veo y escucho, pero es un si pero no......( partamos de la base que no soy ni de derechas ni de izquierdas, como todos, creo firmemente que se necesita romper todos los esquemas de esta alta traición )total todos riegan las flores, pero nadie las recoge, es de puta pena que todo esto tenga que terminar en conflictos sociales, y aun mayor mal para el pueblo, el cual prefiere marchar a la playa o al fútbol, antes que arreglar o apoyar medidas, en las cuales va el futuro de todos, y esto es así, deje de acudir a manifestaciones populistas por que, para acudir a mercadillos y pasa tiempos domingueros, no me apetece, creo honestamente que hacen falta ya acciones contundentes, y la gran mayoría no están dispuestos a ello.
Quizás este equivocado, pero el planteamiento general se resume en esperar, si todo cambia y el año que viene es mejor....

Unknown dijo...

Reflexionando en serio y con profundidad sobre lo que hay que hacer para acabar con el drama de España y con la suciedad que nos envuelve, estimulada y alimentada desde las entrañas corrompidas de los grandes poderes. Sé que algunos esperan un nuevo partido político o una nueva democracia con controles y cautelas mas severas, imposible de que sean violados por los canallas. Otros esperan que todo se resuelva llenando las cárceles de políticos, que también sería lo suyo.....

Con los políticos sólo hay una actitud decente: despreciarlos y jamás colaborar con el sistema que han creado, lo que significa votar en blanco o abstenerse. Cualquier participación en la política significaría ser cómplices del saqueo, la corrupción y el hundimiento del país protagonizado por una casta política que no merece permanecer ni un minuto más.

De nada nos sirve cambiar el sistema con nuevas leyes y normas porque, una vez cambiado, muy pronto volverán a la escena los canallas y conseguirán corromperlo de nuevo. Incluso si construimos un sistema blindado, con muchos cerrojos, controles y contrapesos, como es la verdadera democracia, es seguro que los delincuentes conseguirán pervertir-lo y, tarde o temprano, harán saltar los cerrojos para imponer de nuevo el oprobio, la opresión y el delito.

Recordemos que la Revolución Rusa fue traicionada por los bolcheviques vencedores del zar, que crearon a los pocos días un sistema mas corrupto y opresivo que el anterior. Napoleón traicionó la Revolución Francesa y creó sobre sus cenizas una dictadura que sembró Europa de cadáveres. Cada vez que el hombre ha hecho la revolución, el nuevo régimen ha tardado porcos días en ser corrompido de nuevo y en la mayoría de los casos fue sustituido por otro más sucio y deleznable.

La única manera de solucionar el drama con garantías es cambiando nosotros mismos y consiguiendo que la masa de ciudadanos, en lugar de estar plagada de sinvergüenzas, esté cada día mas poblada de gente decente, responsable y ética.

El vicio, la corrupción y el abuso de poder, donde los robos y los comportamientos canallas es el ambiente preferido por los dirigentes políticos españoles, desde el saqueo a la rapiña, sin olvidar el abuso, la arbitrariedad y la corrupción en sus múltiples facetas.

El mayor problema de nuestro mundo, el que está detrás del abuso de poder, de la injusticia, del sufrimiento humano y del hundimiento de los valores El Estado ha caído en manos de gente a la que les gusta la corrupción. Los partidos políticos, que junto con el sistema judicial y la prensa, están rodeados de penumbra. Los que dominan el mundo en la oscuridad disfrutan de más poder, sus injusticias, errores, desmanes y mentiras son menos visibles.

La democracia como la prensa libre, los poderes del Estado separados y en competencia, la sociedad civil organizada, el protagonismo de los ciudadanos, el valor de la cultura, el libre debate... El problema es que los que gestionan las democracias sin prensa libre y crítica, sin ciudadanos vigilantes, sin una Justicia independiente, sin ese molesto resplandor que impide la corrupción, el amiguismo, el nepotismo, el abuso de poder, la mentira, la discriminación y la violencia contra las personas.

Los valores, la solidaridad, la virtud, la franqueza, el apoyo mutuo, la lectura, la reflexión, el debate.... Donde quedo la moralidad............ Donde quedo la ética..........

Ikael dijo...

Por fin he podido sacar un poco de tiempo para responderos como merecéis :)

Veamos, lo que dice Mercury es una verdad como un templo: el quid de la cuestión en España, y qué demonios, en cualquier democracia, radica en su sistema de justicia. Para mi, este es el gran olvidado de todas las reivindicaciones en España, y el patito feo de todo indignado gracias al catetismo legislativo que tenemos los españoles, siempre dispuestos a hacer excepciones de normas y aplicarlas cuando nos salga de los huevos, incapaces de entender qué es eso de la neutralidad u objetividad (ya se sabe que aquí o estás con los buenos, o con los malos....).

Por otra parte, Jose, discrepo en esa visión fatalista de la política. Claro que todo sistema se puede corromper y pervertir con el tiempo, somos seres humanos, no Dioses infalibles. Pero ahí está la cuestión: ¿qué preferimos, siglos de próspera república romana o un par de añitos de nuestra endeble primera república? Los dos regímenes políticos son lo mismo, al final ambos se fueron al garete ¿no? Pues no, oigan, lo siento, pero rechazo ese "para qué hacer las cosas bien si al final pueden salir mal". Pues para aspirar a vivir mejor, a que nuestros hijos también lo hagan, y a seguir intentándolo. La derrota no es opción. Joder, los españoles hemos estado muy cerca de lograrlo, pero nuestra ignorancia histórica supina nos impide incluso reconocer nuestros propios logros. Ahí está la Pepa o el reinado de Carlos III para demostrarlo.

En cuanto a cómo lograrlo, sacar a los españoles del fango es una labor de titanes, máxime teniendo en cuenta el jodido nihilismo que tenemos. Una buena parte del país está convencida de que debemos desaparecer y morir como sociedad, y no lo digo por los nacionalistas. Es bastante patético, y prácticamente imposible de rectificar. Necesitaríamos a una especie de mezcla entre Abraham Lincon, Churchill, y Jesucristo, y una buena dosis de terapia colectiva a nivel nacional a ver si salimos de nuestra maldita edad del pavo. Pero una vez más: hay que intentarlo.

Unknown dijo...

Por supuesto, y con " MAYUSCULAS " y de todos es sabido la necesidad imperiosa en la cual nos movemos o mas bien subsistimos, lo que realmente y hace tiempo es mi reivindicación y estandarte, es un cambio.... y cuando hablo de cambio, quiero decir una re-estructuración brutal a todos los niveles, tanto política,gubernamental poder judicial, etc. etc., pero no nos equivoquemos, la gente de a pie,es la primera, a la cual habría que educar, pues transmiten la eterna ignorancia y vagueza por el saber,sabemos la brutal despreocupación que nos invade en todos estos aspectos, vamos que en día de elecciones como nos podamos escapar a la playa, o al fútbol....... ya hemos hecho el día..... pienso que cada vez mas la ignorancia, y el no querer saber nos invade galopante-mente.
Admiro, y admito por completo, una publicación anterior, la cual nos hace reflexionar y al final dar la razón a todo lo expuesto, pues es en realidad la cruda realidad en la que nos movemos....." Los españoles y los estadistas: "yo no me fío".... pura y dura realidad, mi conclusión........ sin ser paridarío de cualquier partido ni afinidad política, hay que cambiar las cosas y de raíz,apoyo todas y cada una de las iniciativas,por revolucionar el estado de sedentarismo en el cual estamos sumidos, claro esta dentro de los principios legales, si es que todavía la ley existe, para nuevas iniciativas políticas ( que esa es otra ), los 45 millones de españoles saben hoy de la corruptela en la que vivimos, y si hay que tirar de revolución, y dejar el gobierno en manos de estadistas, y gente preparadísima,la cual tenemos, para cambiar todo cuanto acontece, tanto en política, magistratura, industria, relaciones exteriores........ otro gallo cantaría, y si para ello debemos tener una figura visible, la cual actué con mano de hierro, por y para la recuperación de este desolado país, pues...... bendito sea, y de ahí lo que llevo reclamando en distintos foros, hace tiempo.... todos miran todos critican, pero, quien le pone el cascabel al gato??????? fabula consecuente con nuestro sistema y situación, NADIE!!!!!!!! En realidad todavía se ha presentado nadie, dando un puñetazo en la mesa, ( bueno en la del bar si) entonces, es una dudosa realidad las opciones son pocas, quien tiene el poderío para arrastrar a las masas, están enfrascados en debates en voz baja, somos muchos los que reclamamos cambios con propuestas firmes, que siempre quedan en nada. Iu,como mucho se postula como firme candidato en las próximas elecciones.... recolector de votos de castigo, tanto a azules como a rojos, el tema de sindicatos......... no merece comentario, amiguismo borregismo afín, partidista, y el apoyo del sector empresarial, por y para agradecer la gestión hecha por "sus" amigos gobernantes...... como solucionar todo este engendro de intereses y despropósitos de alcance nacional????? Solo se me ocurre una!!! aun a expensas de ser reincidente.... los estadistas: "yo si me fío" !!!!!!!!

Unknown dijo...

Incondicionalmente, se sabedor de mi apoyo total a una iniciativa de cambio, provenga de quien provenga, creo que cualquier esfuerzo es, y muy positivo, y como bien dices la derrota no es una alternativa ni opción, hay muchísima gente que al igual que yo está pendiente de ese cambio,que a día de hoy, solo son falsas esperanzas, pero hay que seguir adelante, nadie dice que sea fácil, y no encuentres fatalidad en mis pensamientos, quizás, desesperación por ver la cruda realidad, pues la falta de estímulos positivos referentes a un cambio en positivo es hoy por hoy bastante distante de la realidad, las objeciones ciudadanas, y la políticas por añadidura dejan mucho que desear....

Ikael dijo...

Me alegra ver que por lo menos un español "se fía" de los estadistas ;) el problema es que en España lo que queremos es un mesías para arrodillarnos a sus pies, no un estadista que nos haga levantarnos. La labor es colosal, y no creo estar a la altura. Pero hay que ponerse a ello.

Carlota B. dijo...

Acabo de caer en un dato más leyendo vuestos comentarios; hace poco me topé con un programa de televisión (creo recordar que era de La Sexta), en el que aseguraban que cada voto que le damos a un partido político le supone 18€ para hacer campaña. No me hagáis mucho caso porque no recuerdo bien el tema (estaba medio escuchando, medio haciendo arroz con verdura, jajaja), pero me gustaría informarme sobre si eso es así.

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