viernes, 20 de octubre de 2017

Reflexiones varias sobre Cataluña

El tema eterno. Inagotable. Y agotador. Pero es necesario lidiar con ello.

Tal cual



- Existe una voluntad clara de diálogo entre las partes a nivel, digamos "de calle" (parlem y hablen de una puta vez, coñoya) pero la lógica electoralista y las presiones internas de partido hacen que sea del todo imposible por pura realpolitik. Rajoy y Puigdemont saben que si se desvían un milímetro del choque de trenes, sus "leales socios" (C's y la CUP), les acusarán de blandos y sacarán réditos electorales a su costa, y eso obviamente no se lo pueden permitir. Así pues, estamos teniendo una escalada de retórica y tensiones prácticamente inevitable, ya que nadie quiere ser el primero que parpadee y que por lo tanto, pierda votos. Son dos huídas hacia delante de dos políticos (o partidos políticos) que son conscientes de que tienen un futuro complicado, si bien el PP está en una situación mucho más ventajosa que PdeCat y por lo tanto, tiene algo más de márgen de maniobra: El primero se enfrenta a una pérdida de votos según todas las encuestas, el segundo se enfrenta a su extinción con todas las letras. Malos tiempos para el diálogo.

- Así pues, cada bando tiene su bomba nuclear, el 155 por un lado, y la DUI por otro, y ambos están rodeados de un coro de sicofantes que les jalea e impele a usarla, so pena de ser acusados de traidores a las esencias de la patria o "blandos". El gran problema de fondo es que mientras que una bomba nuclear es percibida como un último recurso de manera inequívoca por cualquier persona con ojos en la cara, nuestros políticos, en su estulticia, piensan que si descafeínan su respectiva bomba, entonces no pasará nada: Repites mucho la palabra "diálogo", aplicas el 155 de manera parcial, aplazas la DUI, y alehop, ya no estás lanzando una bomba nuclear porque bueh, las bombas nucleares pequeñitas y aplazadas casi ni se notan ni nada. Y eso es del todo falso. El primero en cagarla ha sido Puigdemont y su DUI aplazada, que ya ha desencadenado una fuga masiva de empresas de Cataluña y obrado el milagro de cabrear al mismo tiempo a independentistas y unionistas. El segundo, por supuesto, ha sido Rajoy, que siguiendo la lógica de la destrucción mutua asegurada, ha puesto en marcha el 155 de manera parcial y multitud de procesos judiciales que desde luego, no van a ayudar a rebajar la tensión. Repito: Nada bueno puede salir de una guerra nuclear. No hay bando "ganador". No se engañen, todos perderemos con este envite. Todos. Algunos perderán más, otros menos, pero serán dos derrotas en todo caso. Quienes sueñan con una España unida en el destino de lo universal o una república catalana independiente van a tener que despertar a golpes de realidad más pronto que tarde.

- Se nos abren dos escenarios posibles, ninguno de ellos bueno. El primero de ellos y el más plausible de todos, es una aplicación "suave", léase, parcial y quirúrgica, del 155. Esa opción se limitaría a usar dicho artículo para convocar elecciones, única y exclusivamente, lo que significa que tendremos exactamente este mismo problema horrible de aquí a unos cuantos meses vista. Lo único que cambiaría sería el colapso del PdeCat y el fin de la vida política de Puigdemont, pero a efectos prácticos para la relación entre España y Cataluña, supondría volver a la casilla de partida: Mayoría independentista en el parlament, y las instituciones del autogobierno de Cataluña puestas al servicio de la causa independentista. Esta situación viene a ser la personificación del "pan para hoy y hambre para mañana", y una buena manera de que volvamos a vivir un día de la marmota en un par de meses... eso con suerte: Si la CUP o lo sectores más radicales del independentismo lo interpretan como una agresión intolerable y se suben al monte, podría desembocar en el escenario número dos.

- El segundo escenario es una aplicación del 155 más amplia. Fuera policía autonómica, educación y medios  de comunicación. Este escenario tiene un precedente histórico nada alentador: La intervención del Reino Unido en el Ulster. Casi con toda seguridad, eso supondría, como mínimo, protestas, disturbios, e incluso, puede que acciones violentas de guerrilla urbana. Hay quien lo defiende bajo la lógica de "arrancar el problema de raíz", léase, recuperar para el estado central las instituciones que han servido de servicio de propaganda para el independentismo, lo que (en teoría) acabaría con él a largo plazo, a costa de causar muchos, muchos problemas a corto plazo, teoría que hoy por hoy, está por demostrar. Aún así, veo como muy poco probable que Rajoy opte por esta vía, máxime cuando necesita consensuar con el PSOE el curso de acción a seguir.

155 F'THANG!

- Sin embargo, ninguna de esas dos opciones acabará con el problema de fondo. Esta crisis viene a ser la prueba definitiva y sin anestesia de que el sistema del 78 no da más de sí, de que necesitamos refundar nuestra democracia de manera urgente y elaborar una nueva constitución que evite estas situaciones de tensión territorial, creando un sistema federal real, es decir, cerrado y no sujeto a renegociaciones cada ciclo electoral como pasa a día de hoy con nuestro estúpido y disfuncional sistema de las autonomías. Desgraciadamente, no doy dos duros por ello. La pantomima esa del PSOE de que "vamos a estudiar una reforma territorial de aquí a 6 meses" no se la cree nadie. Todos nuestros políticos, Rajoy y Sánchez los primeros de ellos, optan por el cortoplacismo más suicida, y cantarán victoria simplemente tras llamar a unas nuevas elecciones catalanas. Sin embargo, la reforma territorial es la única opción que tenemos si queremos dar solución al problema catalán de la manera más democrática y duradera posible. Hacer las cosas bien, reformando el marco legal en vez de forzarlo al límite o de aplicarlo sin más. Sin embargo, para ello necesitaríamos tener a estadistas de altura capaces de anteponer el interés nacional a sus intereses de partido, así que pintan bastos. Apuesto a que una vez evitada la crisis a corto plazo, aunque sea mediante una postergación rollo "en un año elecciones", nadie intentará resolver este problema estructural, que quedará guardado en el cajoncito de "virgencita que me quede como estoy", así que me adelantaré a los acontecimientos: Gracias por nada, Rajoy..

- Si algo ha demostrado esta crisis es que catalanes y españoles estamos en manos de imbéciles egomaníacos que anteponen su afán electoralista y los réditos a corto plazo por encima del interés de esas patrias que tanto dicen amar y defender. El caso español, sin embargo, es todavía más sangrante si cabe, ya que mis gobernantes han demostrado ser no sólo corruptos, electoralistas, mentirosos e interesados (características que comparten al 100% con sus homónimos catalanes, no se engañen), sino algo mucho peor en un político: Idiotas. Se nota muchísimo que no son políticos de raza, si no simples funcionarios de partido. Ningún mérito, todo cargo. Gente a la que  todo en sus vidas les ha venido hecho y dado vía nepotismo, sin tener que menear un dedo y que por tanto, se ven incapaces de menearlo incluso aunque el futuro de su país dependa de ello. No han salido a rebatir ni contradecir los argumentos de sus rivales nacionalistas, limitándose a repetir consignas como papagayos sin salirse ni dos milímetros del guión. No han sido capaces de controlar la narrativa mediática, llevar la iniciativa, ni cuidar la imagen de su propio país y ni si quiera escribir un jodido discurso para el Rey que no sonara a boletín oficial del BOE o peor aún, a propaganda electoral. Cayeron en el gravísimo error de las cargas policiales del 1-O, demostrando ser tan fáciles de engatusar y provocar como niños de teta, amén de tener una cobardía y susto en el cuerpo brutales. Mi sensación es de auténtico desespero, de tener la certeza de que te gobiernan idiotas sin remedio, de que los generales de tu ejército son nobles endogámicos con mandíbulas carlinas y que tu destino y el de tu nación está en manos de auténticos subnormales con menos talento, capacidades, madurez y recursos que cualquier estudiante imberbe de primero de carrera que fríe hamburguesas en un Mc Donald. No soy ningún ingenuo, ya tenía una opinión muy baja de mis dirigentes antes de que empezara todo esto. Y aún así se las han apañado para empeorar lo que esperaba de ellos. Esta gente no es que sean egoístas (que lo son), es que ni si quiera saben defender sus propios intereses. La sensación de "noventayochismo" es palpable y desoladora y lo peor de todo es saber que su flagante incompetencia y mediocridad será recompensada con más votos.

- Los independentistas, lejos de ser radicales de la kale borroka, son gente de lo más normal y corriente, muchos de ellos majísimos. El problema y meollo de la cuestión es que están total y absolutamente convencidos de que les iría mejor siendo un país independiente, por mucho que los datos y la realidad misma contradiga esa creencia. El suyo es un optimismo irredento, fiel heredero del "no dejes que la realidad te estropee la ideología". Así pues, muchos están convencidos de que la independencia no tendrá prácticamente coste alguno ni consecuencia más allá de un periodo breve de inestabilidad, que en Europa les recibirían con los brazos abiertos, que su economía se verá catapultada a la estratosfera, que se convertirán en "la Dinamarca del Mediterráneo" (tm) por el mero hecho de participar en un referendum y alejarse de España, en vez de convertirse en el Chipre, Grecia o -shudders- la Albania del Mediterráneo. El único argumento para respaldar ese make believe de que todo les va a ir de perlas es que sencilla y llanamente, ellos son un pueblo maravilloso. Y lo son. Pero ningún pueblo, ni el catalán ni el español, es tan fuerte ni tan maravilloso como para remar contra la globalización y salir victorioso. Una buena parte de los independentistas creen en ese relato fantasioso y "brexitiano" a pies juntillas por el mismo motivo por el cual una buena parte de la población cree que haciendo deporte dos horitas por semana uno luego puede "comer lo que quiera": Porque les molaría que fuera verdad. Les molaría muchísimo: Ser independientes sin perder empresas e industria, y estar todos apolíneos y esbeltos comiendo tres cajas de oreos al día. Pero no, la cosa no funciona así. La sensación al verlo desde fuera, es la de un amigo que se hubiera embarcado en un pacto de suicidio ritual, convencido de que despertará en el más allá a bordo de una nave espacial tripulada por Xenu, rumbo al paraíso. Lo peor es que el daño ya está hecho. Me  temo que con independencia o sin ella, a Cataluña le espera un largo declive económico a raíz de esto, tal y como ya le sucedió al Quebeq. Espero equivocarme, pero una fuga de más de 800 empresas en cuestión de semanas no augura nada bueno, por mucho de que  millones sigan convencidos de que la tierra prometida independiente está a la vuelta de la esquina.

Carne de meme en estado puro

- Una buena parte de ese optimismo irredento tiene que ver en una buena medida con la desilusión que les ha causado el proyecto de la nación española, cosa que como español no puedo si no empatizar y compartir con ellos. Es decir, puede que la arcadia dorada nacionalista no exista (de hecho yo defiendo al igual que decía Monthy Pyton, que es una maqueta) pero ¿Cuál es la otra opción? ¿Quedarte en un país donde te gobierna Mariano Rajoy y Zapatero? ¿En un país sin relato común? ¿En un país  donde llevamos toda una década económica perdida? ¿Donde el autónomo y las clases medias se fríen a impuestos para pagar las redes clientelares de los partidos políticos? (a todos nos "ens roban") ¿Donde seguimos a sin enterrar el franquismo y con la guerra civil abierta casi un siglo después de esta? ¿Donde apenas existe la independencia judicial y luego te vienen los mismos que se saltan a la torera la legalidad con el "respeto al estado de derecho"? ¿En serio, esa es la gran alternativa? Una gran parte del voto independentista es un "que le jodan a toda esa mierda muy fuerte" de proporciones épicas, y nuestros dirigentes son incapaces de reconocer que de quien huyen los catalanes no es necesariamente de España, si no de ellos, de su casta de ganapanes y pesebreros y del proyecto de país de mierda a su medida que han intentado construír sobre nuestras espaldas.

- Si se analiza el conflicto de Cataluña desde una perspectiva generacional, el tema es todavía más desolador si cabe. Esta es la enésima herencia envenenada que dejan nuestros padres a mi generación por no haber querido hacer sus deberes estos últimos 30 años. No nos engañemos: El PPSOE es, ante todo, un duopolio sostenido por una franja de edad concreta, que heredó todos los réditos de la Transición que pergeñó la anterior generación de nuestros abuelos y que bajo horrible lema de su quinta, "tú hijo mío ven a lo seguro", han dejado pudrirse el conflicto territorial durante las últimas tres décadas, temerosos de que al menear algo no salieran en la foto. Pues ale, otra mierda que nuestra generación tendremos que comernos entre pan y pan junto con el colapso del sistema de pensiones (que colapsará, no les quepa duda) y el estallido de la burbuja inmobiliaria. Rajoy el monolito es la cristalización perfecta de ese ethos generacional, un político que se niega a "cambiar para que nada cambie", amenazando con dejar colapsar todo el sistema por falta de coraje político, fiel reflejo de esa gran parte de la sociedad totalmente acobardada. No digan "franquismo sociológico", digan "funcionariado sociológico", o la determinación suicida de  mantener el statu quo a cualquier precio. Incluso aunque el precio seamos nosotros mismos o la ulsterización del tema catalán, todo sea porque nadie perturbe el sueño del "virgencita que me quede como estoy" con reformas constitucionales o territoriales. Eso sí, que les quiten estos últimos 30 años de, huh, "estabilidad". Pues nada, una vez más: Muchas gracias por nada.

Y dicho esto: Estoy seguro de que este no será el último artículo que trate del tema. La situación va a seguir evolucionando, y las consecuencias para Cataluña y el resto de España van a ser hondas e imprevisibles. Quizás me arranque a hacer un análisis "emocional" y otro geopolítico del tema, pero con esto ya tengo más que suficiente por hoy.

3 comentarios:

MªPilar dijo...

Muy buena tu reflexión, Edu. Es cierto que ya no hay ESTADISTAS ...

Arthegarn dijo...

Comentarios diversos:

- Parlem / Hablemos es Podemos. No es una iniciativa grassroots.
- A nivel instintivo nadie, o casi nadie, quiere ir al choque de trenes. Sobre todo la mayoría silenciosa de ambas partes. Pero perdida la oportunidad de que el Rey fijara “desde arriba” los parámetros de un diálogo (a los que en cualquier caso habría que haber visto si Puigdemont se hubiera sometido) no queda más que: (i) desde el punto de vista del Gobierno la aplicación estricta de la Ley para el restablecimiento de la legalidad en la institución rebelde y (ii) desde el punto de vista de Puigdemont o claudicar y volver a la legalidad o seguir la rebelión hasta el final. Como honestamente opino que el PDECAT está atrapado en su propia retórica (sobre todo porque tiene a esos irresponsables de la CUP que no tienen ni idea de política y le exigen *gasp* que haga lo que ha dicho) las cosas no pintan nada, nada bien. Malos tiempos para el diálogo, como dices.
- Coincido contigo en que nada bueno puede salir de una guerra nuclear. El problema es que no habrá (ni puede haberlo y sabes por qué) diálogo por parte del Estado con quienes se sitúan fuera de la legalidad, ni habrá vuelta a la legalidad por parte del President porque se vería como una claudicación. El menos malo de los escenarios posibles son unas elecciones convocadas por Puigdemont de las que salga un nuevo Govern, distinto al que ha declarado la independencia, y con el que el Gobierno pueda dialogar sin que haya la marcha atrás patente y aparente que sería necesaria para dialogar con este.
- No obstante la situación mejoraría. El asunto es dónde pones la casilla de salida. Yo la pongo antes de la aprobación de las leyes de desconexión, antes de que el Govern se pusiera fuera de la ley. Volver ahí es bueno… siempre que no se vuelva a andar el mismo maldito camino, por supuesto. Y, la verdad, no creo que se hiciera. Optimista que es uno + orejas del lobo que han visto en el independentismo + ni rastro del leñador internacional que iba a venir al rescate. En general la gente no es tonta y los catalanes menos.
- Te hago notar que no hay garantía alguna de que un sistema cerrado como el que sugieres sirviera de algo a medio plazo. La CE estableció unos niveles de autogobierno amplísimos, con unas fronteras en términos de exclusividad que en aquella época parecían inalcanzables. Y lo que ha pasado en estos 40 años es que esas fronteras se han alcanzado y rebasado (por eso son inconstitucionales ciertos artículos del nuevo Estatut, porque rebasan esas fronteras). Unas fronteras rígidas no son mejores que unas flexibles: ambas se rompen en un determinado momento y, si me apuras, son peores.
- Yo es que soy un centralista de mierda, ya se sabe, pero si la solución que sugieres es otro concierto económico vasco, algo que es una atrocidad desde el punto de vista de los principios de igualdad y solidaridad, pues me voy a oponer. Una reforma territorial tiene que basarse en el principio de igualdad de derechos de todos los ciudadanos, vivan en el territorio que vivan. Y opino que hay formas de dar aun más autogbierno a Cataluña, pero entonces tienes que dárselo a todo el mundo. El reconocimiento de un hecho diferencial o incluso de una identidad nacional no puede implicar más derechos para unos que para otros, y eso incluye el derecho de autogobierno. O jugamos todos o rompemos la baraja.
- No creo que estemos en manos de imbéciles egomaniacos. Creo que simplificas en exceso la situación. La solución no es tan obvia ni tan fácil, aunque desde luego echar el freno, Madaleno, durante un par de semanitas no le iba a venir mal a nadie – solo que quienes dependen de la agitación de las masas no se lo pueden permitir, claro.

Arthegarn dijo...

- El 1-O no hubo cargas policiales. Hubo intervenciones, no cargas. Que yo sepa, ni una. No caigas en la retórica de una de las partes, atente a los hechos. Y el tema de esas intervenciones policiales tampoco es tan sencillo, un día lo comentamos con unas cervezas. Es uno de esos casos en los que la escasísima independencia judicial se ejerció contra los planes, bastante mejor pensados, del Gobierno, y el Gobierno no pudo hacer nada porque la única excusa que tenía para desplegar al CNP y la GC en Cataluña sin 155 (o 116) era, precisamente, que fueran policía judicial. Entiéndeme bien, no es que opine que Rajoy y compañía estén a la altura, simplemente opino que no son tan radicalmente incompetentes como los describes.

- Spock te oiga con lo de que los independentistas no son radicales de la kale borroka. La mayoría no lo son desde luego, pero entre ellos están esos chicos tan simpáticos de Arrán y por esos no doy yo el canto de un duro.

- Caixabank ya ha dicho que, al menos de momento, no vuelve…

- Es curioso ver como a ciertos independentistas, amantes de Europa y blablablá, hablando de lo bien que le está yendo a la economía británica tras el Brexit, sí.

- Completamente de acuerdo en el elemento “huída hacia adelante” del independentismo. Muy bien expresado, aunque se te olvida ofrecer una miaja de esperanza reformista, liberalote. ��

Y, nada, veremos como se desarrolla todo. Un abrazo.

A.

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